Trucos para pasar la ITV

Los usuarios de vehículos nuevos o relativamente nuevos no conocen las angustias de aquellos que tenemos vehículos entraditos en años. En estos casos, pasar la revisión de la ITV puede convertirse en una importante fuente de quebraderos de cabeza. En estos casos, toda ayuda es poca. Con esa idea en la cabeza, en este artículo intentaremos listar algunas ayuditas para facilitar ese en ocasiones angustioso tránsito.

Es interesante estar al tanto de los requisitos que debe reunir nuestro vehículo antes de ir a la inspección. De esta forma podremos evitar que sean los pequeños detalles los que nos echen por tierra el conseguir el “apto” que tanto ansiamos. Hablaremos por un lado de los aspectos “externos” de la inspección, y por otro de las cuestiones más relacionadas con la mecánica del vehículo.

Si nuestro vehículo ha sufrido alguna modificación significativa en su estructura, dicha modificación ha de estar homologada antes de llegar a la inspección. De lo contrario, contamos con todas las papeletas para que el informe no sea favorable. Si podemos retirar las modificaciones antes de la inspección nos ahorraremos muchos problemas. Sin embargo, puede ocurrir que la falta de un retrovisor (por ejemplo) pueda parecernos grave sin serlo realmente.

Conocer bien los requisitos y nuestro vehículo, las claves

Comprobar las luces, los limpiaparabrisas, los cinturones, los neumáticos etc. no lleva apenas tiempo y puede ahorrarnos un disgusto. Más complicado resulta saber si nuestros frenos y nuestra emisión de gases están dentro de lo legal. Para los humos, lo mejor es recorrer unos cuantos kilómetros a altas revoluciones. Para los frenos, unos cuantos buenos pisotones para calentarlos o llevar peso puede marcar la diferencia.

En cuanto a los aspectos mecánicos del vehículo, sería muy deseable hacer una revisión previa a la inspección de la ITV. Es recomendable que hagamos por nuestra cuenta una revisión anual de nuestro vehículo. Y tampoco está demás echarle un vistazo antes del día D. Si no tenemos mucha idea de mecánica, conviene pedirle a algún amigo o familiar que nos eche una mano para confirmar al menos un buen funcionamiento general.

En cualquier caso, no que no debemos hacer en ningún caso es tener noción de que nuestro vehículo tiene ciertas deficiencias y aún así acudir a nuestra cita en la ITV como si no pasara nada, confiándonos a la benevolencia de los astros. Salvo que, eso sí, nuestro cuñado trabaje en nuestro centro de inspección habitual. Sólo hay que asegurarse de que nos toque nuestro cuñado. Así, sí.

Esta entrada fue publicada en Consejos. Guarda el enlace permanente.