En España contamos actualmente con algo más de ciento sesenta y tres mil kilómetros de carreteras. De ellos, poco más de dos mil quinientos corresponden a vías fabricadas con hormigón. Puede que algunos de nosotros nunca hayamos circulado por calzadas de este material, pero existen. Y aunque en nuestro país lo veamos como algo fuera de lo normal, lo cierto es que en muchos países europeos y latinoamericanos la mayor parte de su red vial está formada por carreteras de este compuesto. Y es que pese a nuestro desconocimiento, son muchas las ventajas que nos ofrece con respecto al asfalto.
Los pavimentos de hormigón han experimentado un gran desarrollo en los últimos quince años, y ya no son esos tramos ruidosos y “desgastarruedas” a los que estábamos acostumbrados. Actualmente, sigue siendo un material mucho más antideslizante y antirreflejante que el asfalto, y su vida útil es mucho mayor en cualquier tipo de climatología y uso. Pero a esas ventajas ya conocidas debemos añadir otras que son especialmente relevantes hoy en día, como es su menor impacto medioambiental. Y es que es un compuesto cien por cien reciclable y no contamina la base sobre la que se asienta. Asimismo, el coste de colocación y de mantenimiento es infinitamente inferior al del aglomerado asfáltico.
También hay que tener en cuenta los componentes de cada una de las opciones de pavimentado. Mientras que el hormigón está formado por arena, agua, grava y cemento, el asfalto tiene como materia prima principal al petróleo, y teniendo en cuenta su actual precio y su escasez hace que cuanto menos debamos replantearnos esta opción. Relacionado con ello hay que añadir que España tiene una buena producción de hormigón, mientras que la dependencia del exterior con respecto al crudo es total. Como decía, el hormigón que se usa en la actualidad poco tiene que ver con el usado hace años, y es que FCC y el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat de Cataluña han llevado a cabo una iniciativa para el reacondicionamiento de algunas vías en Barcelona con un nuevo tipo de este pavimento que elimina totalmente el filtrado de agua y que aumenta la adherencia.
Vemos por tanto que se está impulsando de nuevo la construcción de carreteras con un material que parecía ya olvidado en nuestro país y, aunque de momento sólo se ha proyectado para algunos tramos en Cataluña, a buen seguro que las necesidades actuales convertirán al hormigón en el material predominante en las nuevas carreteras españolas.
Roberto García