Hace 20 años que el Gobierno Vasco sacó a concurso varias adjudicaciones de estaciones de Inspección Técnica de Vehículos y todavía, a estas fechas no se han repartido de acuerdo con la justicia. La razón ha sido básicamente los múltiples papeleos e idas y venidas de la justicia, el enorme e interminable proceso burocrático… y que todavía no parece que tengan fin.
En el año 2007, los tribunales dictaron sentencia sobre este caso, fallando en favor de que se volviera a revisar y estudiar las ofertas para terminar con el proceso de una vez por todas. Este proceso implicaría cambiar las empresas concesionarias del polígono Jundiz en Vitoria y la de Bergara en Guipúzcoa, pero parece ser que hubo demasiadas complicaciones en ese proceso.
Por ello, el proceso se alargó hasta que enel mes de julio del año pasado otro tribunal dictó una nueva sentencia. En ese auto, la jsuticia obligó al Gobierno Vasco a cumplir con la resolución de 2007 y adjudicar las licencias de esas dos estaciones a la empresa ITA Asua que se vio perjudicada en el proceso concursal.
Parecía estar resuelto
A pesar de todas las resoluciones, estas pueden ser todavía recurridas y eso repercute en que el proceso se quede paralizado en los despachos del Ejecutivo. A pesar de que la sentencia de julio del año pasado decía que la decisión tomada debería ejecutarse en dos meses, aunque se interpusiera un nuevo recurso, todavía no se ha dado solución ninguna.
Pese a las múltiples demandas de la empresa ITA Asua al gobierno anterior, del PSE, para que la decisión del Tribunal Superior de Justicia se aplicase, éste no respondió de ninguna manera. Ahora le tocará al PNV dar soluciones más rápidas posibles para acabar con el problema.
Grandes daños y perjuicios
Según las palabras de un portavoz de la empresa, no se descartan tomar acciones legales para reclaramar los daños y perjuicios que ha supuesto para ellos las irregularidades en las conccesiones en su día, y la no ejecución de la sentencia del tribunal superior en plazo establecido por el auto.
Todo comenzó en 1993 cuando las estaciones de ITV eran gestionadas por el Gobierno Vasco y algunos talleres autorizados para tal fin. Y en ese mismo año, se abrió un concurso en el cual se concedian licencias para los próximos 30 años. De esa manera, se dividió el territorio en 4 espacios y en cada uno de ellos, existía una estación público y otra privada que cada empresa concesionaria debía construir.