6 averías del coche que salen caras

Para algunos el coche es una pasión o un compañero insustituible, y para otros es simplemente un elemento que nos permite desplazarnos de un lado a otro. Sin embargo, lo común de ambos conductores es la reticencia de llevar el coche al taller, ya que en la mayoría de las ocasiones, suele implicar un gran desembolso de dinero.

Por eso, a continuación detallamos las averías más comunes que sufren los vehículos y que más dinero supone su reparación a sus usuarios.

La correa de distribución

La correa o cadena de distribución de un coche es uno de los arreglos que más dinero supone al propietario de un vehículo, debido al elevado coste de mano de obra que conlleva y la gran cantidad de elementos que dependen de ella.

La correa de distribución es un elemento que transmite el movimiento del cigüeñal al árbol de levas, como hace una bicicleta del pedal a la rueda trasera. Al mismo tiempo que mueve el árbol de levas, también puede mover la bomba de agua, y si es diesel, la bomba inyectora.

Está ubicada en la zona del motor, más específicamente, en la zona de las poleas, donde se encuentra también, la correa del alternador y del aire acondicionado. Concretamente, su ubicación es al lado de la correa de servicio, y por norma general, siempre va tapada con tapas o por lo que va dentro del bloque del motor, si en vez de ser una correa se trata de una cadena de distribución.

El mantenimiento de la correa depende mucho de si es un motor gasolina o diesel, además del tipo de motor y de la marca del fabricante. Es muy importante seguir la instrucciones del fabricante respecto al mantenimiento, y cambiarlo entre los 60.000 y los 160.000 km, aunque en vehículos más modernos esto podría extenderse a los 240.000 km. Si hacemos una estimación en años, el cambio oscilará entre los 5 y los 7 años, siempre que se utilice el coche de manera habitual.

Recuerda que si no se hace el cambio y se rompe la correa podemos romper el motor, alguna válvula e incluso los pistones. Además, es muy recomendable que al mismo tiempo que se cambia la distribución, se cambie también la bomba de refrigeración, que está ubicada dentro de la correa, ya que el trabajo es el mismo, y de este modo, evitamos que en 3.000 o 4.000 km  se estropee la bomba, por motivos de tensado o pérdida de refrigerante y haya que desmontar todo el entramado otra vez.

El cambio de la correa de distribución está entre los 50 y los 200 euros, pero si además cambiamos la bomba de agua el precio sube y se sitúa entre los 100 y los 400 euros.

ESP: Control Electrónico de Estabilidad

La estabilidad de un vehículo de la adherencia que tengan los neumáticos al suelo. El Sistema de Control de Estabilidad es un sistema de seguridad activa que se encarga de mantener la fijación de los neumáticos al suelo, en todo momento y bajo cualquier condición del terreno. Alguna de las situaciones comunes en las que este sistema puede actuar serían suelos con gravilla o mojado, así como, caminos de tierra y superficies heladas.

El sistema de estabilidad permite un arranque y aceleración de las ruedas suave y sin efecto patinaje. Si una rueda empieza a girar con mayor rapidez que las demás, este sistema interviene en el sistema de gestión del motor y reduce la potencia hasta que el coche deja de derrapar y recupera su dirección original.

Los componentes que conforman el sistema de control electrónico de estabilidad son distintos tipos de sensores, la unidad de control electrónico y la unidad hidráulica compuesta a su vez por electroválvulas, el equipo motor-bomba y el acumulador de baja presión.

Cuando el Control de Estabilidad detecta alguna irregularidad, deja de funcionar. Para comunicarnos este problema, un testigo con el símbolo habitual del sistema (coche dejando huellas de derrapada) se iluminará en el cuadro de instrumentos; uno de todos los que se iluminan para hacer el “check control” cuando hacemos contacto.

Si se produce un fallo en este sistema, el coche se puede arrancar e incluso circular con él, pero hemos de tener muy presente que si se produjera una pérdida de estabilidad, el sistema de control electrónico de estabilidad no se activará, con lo cual, la seguridad activa del coche se verá reducida notablemente.

Por ello, cuando detectemos un problema en este mecanismo, que ha salvado ya más vidas que el propio cinturón de seguridad, debemos revisarlo, limpiar los componentes que hayan podido verse afectados, o en última instancia, llevarlo al taller y repararlo.

El precio de la reparación dependerá del foco del problema y los elementos afectados, por ello es difícil de limitar, pero las cantidades oscilan entre los 30€, si hay que cambiar el sensor del pedal de freno y más de 500 € si el fallo tiene que ver con el sensor de giro del volante.

Válvula EGR

Si la válvula EGR presenta algún fallo puede afectar al rendimiento del motor de nuestro vehículo. Esta pieza del motor se encarga de redirigir parte de los gases que contienen partículas de combustible sin quemar y los introduce de nuevo a la admisión para que se terminen de quemar. Por eso, esta pieza suele encontrarse cerca de los electrones de escape y la admisión del motor, aunque también, puede estar desplazada y utilizar tuberías para reconducir los gases.

Con este proceso se consigue que se reduzcan las emisiones de gases contaminantes, sobre todo, las emisiones de óxido de nitrógeno, que son altamente perjudiciales para la salud. Su función es especialmente importante en los motores diesel, ya que en comparación con los de gasolina, producen más emisiones.

Como ya hemos mencionado, la válvula EGR se encarga de introducir parte de los gases de escape en la cámara de combustión, pero es el ordenador del motor, el que calcula la cantidad de estos gases que se tienen que volver a introducir al motor. Este porcentaje se calcula en función de los sensores de temperatura del motor, de régimen de vueltas y de carga de aceleración. Con estos datos, el ordenador del motor actúa sobre la EGR abriéndola para que los gases pueden acceder a la admisión.

Los principales problemas de la válvula EGR son muy comunes, especialmente en los diesel, que circulan a un nivel bajo de revoluciones y generan más carbonilla, que se va depositando en las paredes interiores, y a veces, puede llegar a bloquearla.

Podemos aventurarnos nosotros mismos a limpiar válvula EGR y así ahorrarnos un dinero. Si acudimos a un taller con problemas de EGR lo más seguro es que para curarse en salud, ahorrar tiempo y ofrecer la máxima garantía, la reemplacen por una nueva.

La bomba de gasolina

La bomba de gasolina es una pieza principal para el funcionamiento del motor ya que es la responsable de hacer que el sistema de inyección reciba continuamente el combustible mediante los inyectores, que a través de un sistema de succión sacan el líquido del tanque. Normalmente, son bombas eléctricas instaladas en el depósito de combustible.

Existen varias razones por los que la bomba de gasolina puede fallar y perjudicar a la actividad del motor. Esto puede deberse a diferentes causas que traerán como consecuencia una serie de señales que nos ayudarán a reconocer de donde viene el problema que está perjudicando la bomba de gasolina e intentar solucionarlo.

Estas señales son:

  • El coche no arranca o lo hace ocasionalmente
  • El coche da tirones al acelerar y a ralentí
  • Fallos en el motor y ruidos intermitentes

En aquellas situaciones en las que sea posible la reparación de la bomba de gasolina, el precio de la reparación oscilará entre los 60 y 80 euros, a los que se tendrá que añadir los gastos de mano de obra. El tiempo que se invierte en el arreglo de la bomba de gasolina es de una o dos horas, y esto depende de si la bomba está situada dentro del depósito de combustible o fuera del mismo en sus alrededores.

Sistema de refrigeración y termostato

El sistema de refrigeración de un coche es primordial para que el motor funcione adecuadamente. Se encarga de dispersar el calor del motor y mantenerlo a la temperatura ideal para que este no se sobrecaliente. Además, conserva las características de los lubricantes a un nivel óptimo. Si se produce una avería en el sistema de refrigeración, el más perjudicado será el motor y la precio de la reparación no es barato.

De los componentes que forman parte del sistema de refrigeración, el termostato es una pieza de gran trascendencia, ya que es el encargado de regular la temperatura del agua con la que funciona el motor. Este elemento permite el acceso del agua del bloque del motor al radiador y si se estropea quedaría totalmente abierto. Como consecuencia, al motor le costaría coger temperatura y trabajaría en frío, haciendo que el consumo de combustible sea superior a lo normal y ocasionando un desgaste elevado de los elementos internos del motor.

Cambiar el termostato está entre los 10 y los 300 euros, y esta diferencia de precio depende de si va sola o con otras piezas del motor.

El embrague

El embrague es un elemento fundamental que se encarga de transmitir la potencia del motor a las ruedas del vehículo. Cuando hablamos de esta pieza hay que dejar claro que cuando hay que repararla o sustituirla, esto se debe más al mantenimiento del coche por desgaste que a una avería propiamente dicha.

Por ello, hay que diferenciar entre los indicios que nos advierten que esta pieza está gastada y requiere ser cambiada, al resto de averías que puede presentar este sistema. Cuando el embrague patina, produce un olor a quemado o el pedal se queda rígido y duro tendremos que cambiar el embrague. El cambio de esta pieza puede costar cerca de los 500 €, más la mano de obra que en este caso es elevada, y aproximadamente, se debe hacer un cambio de la pieza cada 100.000 y 150.000 kms, dependiendo las características y circunstancias de la circulación.

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