Según apunta la agencia de noticias EFE, en los últimos años, y debido a la complicada situación económica, el parque automovilístico español ha envejecido paulatina pero claramente. Del mismo modo, se está detectando un cada vez mayor número de conductores que circulan sin la ITV pasada, arriesgando su vida y la del resto de los usuarios de la vía.
Este problema se muestra especialmente grave en Cataluña donde, según informaba a la citada agencia de noticias en el transcurso de una entrevista Juan Josep Isern, director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), alrededor del 18% de los vehículos que el año pasado deberían haberse acercado a las estaciones de ITV no lo hicieron, cuando la media española se sitúa alrededor del 15%.
A este dato cabe añadir que sobre 484.000 vehículos de los 2,4 millones que se sometieron a la inspección en 2013 no la superaron a la primera, de modo que tuvieron que ir al mecánico para la imprescindible puesta a punto.
Una máquina de matar perfectamente a punto
Claro que, el dato más preocupante lo conocemos al saber que de entre los rechazados en primera revisión, unos 400 vehículos (un 0,75%) no volvieron para pasar la segunda, de modo que sus dueños circulan a sabiendas de que lo hacen con un defecto grave en el estado del coche.
Isern también ha hecho notar el envejecimiento del parque móvil catalán, compuesto por 5,1 millones de vehículos, de los que en 2013 el 60% tiene más de diez años, por un 52% en 2012. Datos que contrastan con el 35% de 2007.
Controles para salvar vidas
Si nos fijamos en la antigüedad media del automóvil catalán, ésta alcanza casi los 11 años, de modo que una de las prioridades del SCT es que la división de tráfico de los Mossos implante campañas de control, tanto del cumplimiento del trámite como del mantenimiento de los automóviles, de modo que se reduzca la siniestralidad en la medida de lo posible.
Es, justamente, el envejecimiento del parque móvil en la región uno de los motivos que ha provocado que los responsables de Tráfico se opongan a la posibilidad de aplicar, por el momento, el incremento de velocidad a 130 kilómetros por hora en determinados tramos de autopista o autovía.
Para el director del STC, mientras no se supere la crisis y se renueve el parque automovilístico, es preferible mantener los actuales límites de velocidad, sobre todo si tenemos en cuenta que Cataluña es una de las zonas de tráfico más denso de toda Europa.