Calor y automóvil

Con un mes de abril inusualmente cálido, y siendo ya inminente llegada del verano, es necesario que estemos prevenidos ante el mal que puede causar el calor extremo a nuestro vehículo. Del mismo modo que las heladas, nieve, granizo… afectan de manera negativa al rendimiento de un coche, las altas temperaturas que se alcanzan en la Península Ibérica en verano (se sitúan fácilmente por encima de los cuarenta grados) pueden causar graves problemas al automóvil.

El primero y más evidente es el calentamiento de los plásticos del interior. Ello provoca no sólo un ambiente incómodo para los ocupantes, sino un posible desajuste de las piezas y un rápido deterioro de las mismas. Igualmente la tapicería, mandos… se ven dañadas por la exposición directa al Sol. Una solución rápida (y barata) es la colocación de parasoles en todos los cristales cuando estacionemos, pero especialmente en la luna delantera. También se puede recurrir al tintado de lunas, opción mucho más cara pero definitiva.

Parasol metalizado (creatifh.com)

 

Otra consecuencia grave es el sobrecalentamiento del motor. A altas temperaturas es mucho más probable que se desintegre la goma de los manguitos etc., pudiendo ocasionar averías graves como la rotura del termostato o que se queme la junta de la culata. Se debe ir atento al testigo de temperatura y comprobar que no se enciende o que la aguja no se eleva por encima de lo normal. Si ello sucede, el motivo más común es la pérdida de líquido refrigerante, y ya se trate de una simple fuga o de algo más serio, lo ideal es detener el vehículo y llamar a una grúa.

Evidentemente, los neumáticos también se calentarán y degradarán mucho más que a temperaturas normales, y es por ello por lo que se deben extremar las precauciones con los mismos. Evitar las horas centrales del día y reducir la velocidad más de lo habitual en curvas pronunciadas hará que el desgaste no sea tan elevado. Igualmente se debe comprobar la presión de la rueda más frecuentemente.

Hay más problemas ocasionados por las altas temperaturas, desde el deterioro de la pintura a una sobreutilización del aire acondicionado. Sea el que sea, lo cierto es que el calor excesivo no le sienta bien a ningún automóvil, por lo que prestarle más atención en estas fechas hará que circulemos más seguros.

Roberto García

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Una respuesta a “Calor y automóvil”

  1. Mitaller dice:

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