Ante la falta de acercamiento de la postura mantenida desde el comienzo del conflicto laboral de la empresa TÜR Rheinland Ibérica, los trabajadores de los centros de Irún y Urnieta, gestionados por esta empresa, mantienen la huelga hasta el 15 de noviembre.
Desde el Comité de Empresa indican que no hay avances porque TÜR Rheinland Ibérica se niega a considerar la primera y única reivindicación que se le ha planteado «respetar el convenio que existe, dotándolo de la estabilidad necesaria y garantías legales suficientes para que durante su vigencia no exista posibilidad de inaplicación unilateral».
El 16 de octubre, ambas partes en conflicto se reunieron en la Delegación del Gobierno vasco de Intxaurrondo para intentar desbloquear la negociación, pero sin ningún resultado positivo. Sin embargo, el Comité de empresa es optimista en que habrá un cambio por parte de la empresa tras la implicación del Gobierno vasco.
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Esperando la normalización
Tras más de 120 días de huelga y con un servicio de Inspección Técnica seriamente colapsado el desbloqueo de este conflicto se vería como un gran avance en la normalización del servicio.
Actualmente, Irún ofrece servicios mínimos y las citas ya se alargan hasta diciembre, de ahí que muchos automovilistas deban desplazarse hasta otro centro para pasar la inspección si no quieren ver caducada su Tarjeta y exponerse a una multa.
Eternas colas en Doneztebe
El centro más cercano es el navarro Doneztebe, que lleva copado desde el comienzo de la huelga. Los trabajadores de este centro han visto cómo de tener una cola de 3 o 4 vehículos han pasado a más de 100 automóviles.
Los mayores colapsos se sufren los días en que es festivo en el País Vasco y laboral en la vecina Navarra, ya que los guipuzcoanos acuden en masa a pasar la revisión de sus coches. Esto sucedió el pasado 25 de octubre, en el que se pudieron vivir esperas de más de tres horas para poder revisar el vehículo.
Pasando el rato en tertulias
Los conductores ya están sobreaviso y cada uno lo lleva como mejor puede. La mayoría forman corrillos donde charlar con los vecinos, ya que muchos se conocen de la zona de Irún, mientras que otros aprovechan para leer la prensa o algún libro, y hasta a hacer calceta.
Muchos comentan que la espera es lo de menos, lo peor es que te detecten algún fallo por el que no se pueda pasar la inspección y tener que volver otro día. Por eso la mayoría confiesa haber pasado antes por un taller para estar seguros de pasar con éxito la revisión.