Julio Tejedor, presidente de la asociación de entidades de ITV (AECA-ITV), se ha mostrado contrario a la posible liberalización del sector de las inspecciones técnicas en España. El pasado 15 de mayo, durante la presentación del congreso que ha reunido en Sevilla a operadores y fabricantes de más de 50 países, Tejedor se expresó en contra de la polémica medida que se ha venido debatiendo durante las últimas semanas por todas las partes afectadas y el gobierno.
Los rumores de una inminente liberalización del sector por parte del ejecutivo de Rajoy tal como piden los principales talleres y concesionarios de vehículos toman cada vez más fuerza y en algunos círculos se da ya por sentado que se va a producir en muy breve espacio de tiempo.
“El sistema actual es el único que garantiza la independencia”
Con estas palabras Tejedor defendía el actual sistema, ya que las ITVs actuales no son parte implicada, como si serían los talleres y los concesionarios. De este modo el consumidor podría caer en una situación de indefensión ya que la misma empresa que te vende el producto sería la encargada de verificarlo, siendo pues juez y parte en el negocio.
Las empresas de ITV actuales no tienen ningún interés económico en el vehículo, lo que según el presidente de AECA garantiza su imparcialidad y es una garantía para el usuario. Afirma también que la liberalización del sistema aumentaría la inseguridad vial ya que las inspecciones podrían no realizarse de una forma imparcial y por tanto correcta.
La caída en las ventas de vehículos ha reavivado esta antigua reivindicación de los concesionarios.
En su discurso Julio Tejedor resaltó que el año pasado se realizaron casi 17 millones de inspecciones en toda España, a una media de 40 euros por inspección, lo cual parece haber atraído la atención de los concesionarios, que sufren una importante caída en las cifras de venta de sus vehículos a causa de la crisis.
Los 6000 puestos de trabajo que las ITVs proporcionan actualmente podrían peligrar en gran parte si se abre este mercado que no sufre tanto las consecuencias de la recesión económica. A pesar de que muchos vehículos han dejado de realizar la inspección debido a la crisis, se calcula que un 20% del total de los vehículos con edad de realizar la inspección incumplen esta obligación, también es cierto que el parque móvil ha envejecido considerablemente lo cual acarrea que más coches deban pasar la revisión obligatoria.