La Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones “ANFAC”, ha propuesto una serie de medidas para reflotar el sector ante las inminentes elecciones.
El sector del automóvil como tantas otros sectores ha visto disminuido de manera considerable sus números de rentabilidad, la crisis se ha cebado en el mundo del motor y para “ANFAC” es vital tomar medidas para poder revitalizar la industria automovilística.
La propuesta servida a la totalidad de partidos políticos destaca por su sentido impositivo, subrayando aspectos de carácter recaudatorio que pueda ser del agrado del futuro bloque político que recoja las riendas del gobierno de España.
Es un hecho constatado por los distintos estudios que las ventas de automóviles han descendido de manera considerable, se están vendiendo la mitad de coches que el año 2007, y se ha convertido en algo más que una necesidad la búsqueda de medidas que se encarguen de insuflar un empuje importante para un sector del que viven un considerable tanto por ciento de familias españolas.
Las proposiciones relativas a la ITV van a encaminadas a endurecer las sanciones para los vehículos que posean irregularidades y no cumplan con la obligada inspección, fortalecer estas sanciones ahonda en la idea de que los coches nuevos son más seguros potenciando el mercado automovilístico.
Otra medida que concierne a la ITV va a encaminada a requerir una mayor exigencia en la realización de los test técnicos considerando una mayor rigurosidad para los vehículos más viejos los cuales son el grupo de automóviles con más probabilidad de accidentes.
El resto de las medidas que “ANFAC” desarrolladas como plan de choque contra la crisis que vive en estos últimos años, van encaminadas hacia la revisión de diferentes impuestos que van de la mano en este sector: aliviar el impuesto de las nuevas matriculaciones, revisión del impuesto de circulación. También hay un esfuerzo dirigido a favorecer a los vehículos que posean un perfil menos contaminante.
El directivo de “ANFAC” Rafel Prieto ha afirmado:
El sector aporta a las arcas del estado unos 25.000 millones de euros, cantidad que podría incrementarse si se estimulase el mercado o decrecer considerablemente.
La industria del automóvil vive una situación de permanente tensión y busca desesperadamente la mejor solución para ver la luz y salir del un tunel que se esta haciendo demasiado largo.