Lo que a priori parece ser una medida desproporcionada y absurda forma parte de la severa iniciativa de concienciación publica sobre seguridad vial.
El cine es uno de los mayores medios de difusión de todo tipo de productos y conductas, lo que hace indispensable un “control” sobre los mensajes que ofrecen. Si la imagen que proyecta esta directamente vinculada con imprudencias e infracciones en carretera el problema puede tener un tono más grave.
La DGT no ha pasado por alto este tema, y esta vez ha puesto sus miras en la última película de Tom Hanks, concretamente en su cartel publicitario, en el que sus dos protagonistas circulan en una motocicleta sin el pertinente casco.
Tripictures productora de “Larry Crowe”, título dela película en cuestión, deberá de abonar la cantidad de 30.000 euros por la citada imagen.
Innecesaria, desmedida o exagerada son adjetivos que pueden definir para muchos la sanción impuesta por la DGT ante esta situación, pero nada más lejos de la realidad ya que según fuentes cercanas a la DGT han aplicado el artículo 52 de la Ley de Seguridad Vial, que prohíbe la publicidad que incite a la conducción temeraria, exceso de velocidad e imprudencias de este cariz.
Así pues, simplemente la DGT ha sido fiel a la Ley de Seguridad Vial y ha actuado de manera responsable y firme ante esta situación, más seria de lo que en un principio se supone.
Se trata de un procedimiento rutinario que se esta llevando a cabo sobre la publicidad que se emite en este país, intentando sancionar las posibles faltas que atenten contra la Ley de Seguridad Vial.
Con una mirada seria y respetuosa al grave problema que tiene España en cuanto a accidentes de trafico, operar con diligencia a estos niveles mantiene una conducta responsable y activa para frenar los desproporcionados números de siniestros que copan nuestras carreteras, reflexionando y actuando ante cualquier situación que pueda mermar la responsabilidad y seguridad frente a la conducción.