Los gobiernos autonómicos del territorio español, comienzan a moldear las bases para liberalizar la realización de la Inspección Técnica de Vehículos.
Ante el aumento considerable del parque automovilístico en España, las correspondientes revisiones técnicas pertinentes han de realizarse en centros que posean la concesión, otorgada por parte del ayuntamiento, de la licencia para operar como “inspectores” de la ITV.
Esto origina que nos encontremos año tras año, con una serie de centros y talleres que tienen concesiones de varios años de duración, sin que los usuarios tengan la posibilidad de escoger entre un establecimiento u otro para realizar su revisión.
Desde un punto de vista de negocio, los propietarios de talleres padecen lo que podíamos llamar un “monopolio” en relación a la gestión técnica de las revisiones de la ITV, incapaces de competir dentro del juego “oferta-demanda”.
En un artículo anterior, ya mencionábamos este particular caso, que comenzaba a tratarse de forma seria por los ciudadanos, que valoraban de forma negativa la resolución de las concesiones hacia determinadas empresas, para gestionar las revisiones de la ITV.
Así pues los ayuntamientos canalizan modelos de gestión que complementan una serie de requisitos técnicos y de forma, que los talleres que deseen optar a realizar la ITV deben de tener en cuenta; generalmente se trata de disposiciones que tienden a homogenizar el funcionamiento de todos los centros para evitar una competencia desleal y todos vayan en torno al mismo protocolo de actuación.
Encontramos normas que regulen los horarios, claridad y desglose de tarifas, y disposiciones a la hora de gestionar estas revisiones técnicas.
De este modo si los centros u talleres cumplen con los requisitos obligatorios y necesarios que refleje la disposición pertinente, podrán poseer la autorización para realizar las revisiones de la Inspección Técnica de Vehículos.
La liberalización de la ITV es una buena medida para imprimir cierto equilibrio entre las diferentes empresas del mismo género, aumentando la competencia y repartiendo un trabajo que beneficia a la calidad del mismo.
Por último los grandes beneficiarios somos los usuarios, que tenemos la oportunidad de elegir entre la oferta que mejor nos parezca, donde la calidad y la profesionalidad del servicio contratado así como su precio, podrá valorarse entre las distintas opciones que se nos ofrezcan, como cualquier acción que posea una oferta variada y voluble.