Todos sabemos, o deberíamos de saber, que llevar la pegatina identificativa de la ITV en el parabrisas de nuestro vehículo es obligatorio. De no hacerlo la sanción podría alcanzar los 100 Euros de multa, una cantidad para pensarse el no llevarla.
Pero, ¿qué sucede si se nos ha roto el cristal? Actualmente no es posible emitir un duplicado de la pegatina, así que si tenemos ese problema nos veremos obligados a explicarle al agente de turno lo que ha sucedido. Aun así podría no creernos y multarnos.
Contra esta multa cabría un recurso, pero ya sabemos que actualmente es más caro recurrir que pagar los 80 euros que normalmente supone el circular sin pegatina. Esto crea una indefensión en el ciudadano que se verá obligado a abonar una sanción por una infracción que no ha cometido.
La administración ya sabe si hemos pasado la ITV.
Así es, cuando pagamos por pasar la revisión va incluida una tasa a tráfico, que precisamente se cobra por anotar en el registro de vehículos esta inspección. Como el sistema está informatizado la administración ya tiene que tener constancia de que la inspección está pasada.
No debería de ser requerido a los ciudadanos por parte de la administración ningún documento que esta ya posea. Esto incluiría también a los papeles del seguro del coche. Tráfico sabe qué vehículos han pasado la ITV y cuales tiene seguro sin necesidad de solicitar más documentación.
Un agente no tiene más que pedir la comprobación de una matrícula o efectuarla el mismo desde su coche oficial, actualmente dotados con medios para hacerlo en su mayor parte y ya sabrá todo lo referente a las revisiones y seguros.
Ahorro por parte de la administración.
Lograr que el sistema informático que ya se posee funcione de un modo eficiente supondría un considerable ahorro para el heraldo público, ya que de forma habitual se establecen controles para comprobar que los vehículos circulan con el seguro y la ITV en regla. Este personal podría emplearse para cosas mucho más necesarias e importantes.
Es esta época de recortes y en la que reducir los gastos públicos es una prioridad, que sigan existiendo estos controles ya desaparecidos en otros países europeos es anticuado, caro y sobre todo tremendamente incómodo e injusto para el conductor, que podría ser sancionado si por algún motivo la pegatina se deteriora o se pierde.