Los líquidos del coche que debes revisar

Más allá de las pertinentes revisiones en el taller, periódicamente debes revisar por tu cuenta algún elemento del coche, por ejemplo el estado de los neumáticos o los líquidos. Hay dos momentos en los que es altamente recomendable realizar estas revisiones, antes de pasar la ITV y antes de iniciar un largo viaje, por ejemplo en vacaciones.

Comprobar el estado de los líquidos del motor te permitirá circular con total seguridad, además de pasar la ITV, así que vamos a repasar brevemente los líquidos que deberías revisar periódicamente en tu coche.

Revisión del motor del coche

El aceite

Seguramente sea el líquido que más revisan los conductores, ya que del nivel de aceite depende el buen funcionamiento del motor. No cambiar el aceite periódicamente o circular con más o menos aceite del recomendable puede tener consecuencias catastróficas para el motor del coche.

Lo ideal es revisar el aceite una vez al mes y antes de cualquier viaje, siempre con el coche en frío y aparcado en un sitio plano. Limpia la varilla y vuelve a meterla para comprobar que el aceite está entre las dos muescas. En tu taller encontrarás aceite para reponer líquidos, y lo quitarán si hay en exceso.

Refrigerante y anticongelante

Estamos ante un elemento clave para el buen funcionamiento del vehículo, ya que por un parte se encarga de evitar la congelación del agua del circuito y por otra se ocupa de expulsar el calor, de forma que el líquido no entra en ebullición. También protege los circuitos de la cavitación. Tienes que revisar el líquido refrigerante, compuesto de agua destilada y anticongelante, cada unos 20.000 km.

Para ello, abrimos el capó y nos aseguramos de que el nivel esté dentro de las marcas que indican el nivel mínimo y máximo de líquido refrigerante que debería tener el vehículo. Si el nivel es bajo basta con coger un embudo y rellenar la botella con tu refrigerante de siempre -no lo mezclas con otro líquido refrigerante-. Si no lo encuentras, antes de ir al taller puedes añadir solo agua destilada.

El agua del limpiaparabrisas

Dentro de los líquidos del coche también incluimos el agua que utilizamos en los limpias. Saber si hay agua es tan fácil como accionarlos y comprobar si sale (o no) el agua. Si no es así, es porque se ha acabado. También puedes abrir el capó y comprobar si hay agua en el depósito o si hay que volver a llenarlo.

Se recomienda rellenarlo con el motor en frío para no quemarnos al manipular el capó. Además de agua puedes añadir algún líquido específico para evitar la congelación del agua en los meses más fríos del año. Aquí podemos añadir los lavafaros que equipan algunos coches y que también deben revisarse.

Líquido de frenos

Nadie en su sano juicio puede dudar de la importancia de revisar periódicamente el nivel del líquido de frenos, elemento fundamente de seguridad al volante. Habría que revisarlo cada unos seis meses y cambiarlo cada dos años, aunque factores como la humedad o el punto de ebullición pueden hacer que sea menos efectivo y haya que cambiarlo antes.

Revisarlo es tan fácil como, con el coche frío, buscar el depósito y comprobar que el nivel está dentro del límite establecido. Si no es así puede que haya un problema con las pastillas de freno, así que tendrás que visitar al mecánico para que lo solucione.

Líquido de dirección

Por último hay que hablar del líquido de dirección, aunque es algo que solo afecta a los coches con dirección asistida hidráulica o electrohidráulica. Lo ideal sería revisar el líquido de dirección como mínimo una vez al año, y para ello buscamos el depóstio -con el motor en caliente- y metemos la varilla que suele ir en el tapón, que se identifica por el volante que lleva gravado. Repite el mismo proceso que con el aceite, y si es bajo añade el líquido de dirección recomendado por el fabricante.

Como habrás podido comprobar, revisar los líquidos del coche y rellenarlos es mucho más fácil de lo que parece. Eso sí, tendrás que saber dónde está el compartimento de cada uno de estos líquidos en el capó del coche. Por suerte son fáciles de encontrar, y depósitos como el del aceite o el del líquido de dirección están perfectamente identificados para evitar errores al localizarlos. Es muy raro que echemos más líquido del que deberíamos, pero si eso ocurre deberías visitar el taller para que el mecánico soluciones el problema.

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