En principio, a la hora de pasar la inspección técnica de nuestro vehículo, nuestra principal preocupación son cosas como los neumáticos, los frenos, incluso la emisión de humos. Pero supongamos que estamos en una de esas situaciones de “por los pelos”. En esos agónicos momentos, elementos interiores que pueden parecer secundarios pueden cobrar una dramática importancia.
Por ejemplo, los dispositivos antihielo y antivaho son objeto de revisión por parte de la inspección. Se comprobará que tales dispositivos efectivamente existan y funcionen, es decir, que salga aire frío y caliente por las toberas. En caso contrario, el lance se salda con una falta leve. No recuerdo que a mí me lo hayan revisado nunca, pero nunca digas nunca…
En segundo lugar, se supervisará la existencia de un sistema antirrobo (el bloqueo es obligatorio) y, si hay un sistema de alarma instalado, que este funcione correctamente. Se considerará un defecto muy grave que el bloqueo salte de forma aleatoria; lógicamente, eso sería peligrosísimo, pero es poco probable que nadie llegue a la estación de la ITV en tal estado.
Son pequeñeces, pero nos pueden aguar la fiesta si nos descuidamos
Otra cuestión que la ITV vigila en cuanto al acondicionamiento interior de nuestros vehículos es la visibilidad. La visión frontal y lateral del conductor debe ser “diáfana”, dice la norma. Así que nada de adhesivos, cortinas, montantes y demás cosas que nos estorben la visión. Ojo, que se considera un defecto grave. Así que no seas pardillo y quita las pegatinas esas. Incluso las de la ITV.
Si tu vehículo se matriculó después del verano del 72 y pasa de cuarenta (el mío por los pelos), debe llevar cuentakilómetros. Y “al menos” en kilómetros/horas; o sea, que si es en millas no vale. Ni kilómetros/minuto. Puede parecer una chorrada, pero eso es lo que miran, que exista el dispositivo y la unidad de medida sea la correcta. Y es defecto grave. Ah, y que tenga luz, pero eso es leve.
En la inspección se toman en cuenta, por último, los llamados salientes interiores. “No deberán existir aristas vivas o partes rígidas o puntiagudas” que puedan amenazar de forma evidente la integridad física de los ocupantes del vehículo. Se busca que nada pueda caerse o golpear de forma peligrosa a nadie en caso de meneo. Aunque decir eso a 120 por hora (kilómetros) es mucho decir. Son faltas graves.