Para que un vehículo sea declarado coche histórico deben cumplirse varios requisitos. Uno de los más importantes es tener en regla la Inspección Técnica de Vehículos, o sea, la ITV. ¿Por qué? Pues en primer lugar, porque lo dice el Real Decreto 1247/95 del 14 de julio.
Por otro lado, el requisito de la ITV es necesario para ayudar a catalogar el vehículo y comprobar que no ha sufrido modificaciones técnicas. Esto último es otro de los requisitos a los que se enfrenta un coche para ser parte de la historia automovilística.
Además, otra de las características que debe cumplir el coche es que tenga una antigüedad de al menos 25 años. Según el Decreto que mencionábamos también tienen la categoría de coches históricos aquellos que están recogidos en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español y los vehículos de coleccionistas.
Papeles y tasas
La verdad es que emprender estos trámites siempre supone un lío de papeleo, pero no es algo imposible de lograr. Para empezar hay que ir a la Jefatura de Tráfico Provincial y solicitar la tramitación.
Hay que pagar una tasa de unos 92,80 euros, para comenzar. Después habrá que presentar toda una serie de documentos que acrediten que nuestro coche puede ser catalogado como histórico. Estos papeles servirán para demostrar tanto la titularidad del vehículo como las propiedades del coche.
Pero además, hay que pedir determinados informes como una acreditación documental de la declaración de bien de interés cultural, un informe de inspección de un laboratorio oficial y la resolución favorable de la consejería de industria, entre otras cosas.
Alguna ventaja
Después de haber resuelto lo de los papeles (que se puede complicar más si el vehículo es de importación o extranjero) podrás disfrutar de alguna ventaja, como por ejemplo, que los coches históricos no pagan el impuesto municipal de circulación.
Por otra parte, los seguros de estos vehículos suelen ser más baratos, debido a que su tasa de siniestralidad es relativamente baja: solo un 20% frente al 70% de los coches habituales. Además, existen seguros en los que se hacen precios especiales a los clubs de vehículos históricos.
En cuanto a la ITV, un coche histórico tiene que seguir acudiendo a los exámenes de inspección, pero la gran ventaja es que esta se produce por periodos de tiempo más largos. Lo normal es que se realice cada 2 o cada 5 años.