Puntos básicos a revisar en un coche usado

Con la crisis somos muchos los que nos planteamos la opción de comprar un coche de segunda mano para ahorrar algo de dinero. La oferta actual es grande y es posible encontrar calidad a buen precio.

Pero también sucede que con la crisis muchos han descuidado el cuidado de sus coches y para no desembolsar dinero no se les han dado los cuidados necesarios. Esto puede causar problemas en el vehículo mucho más caros de solucionar que si se hubieran tomado las medidas a tiempo.

Si quieres comprar coche y hacer una primera selección entre los escogidos sin tener que llevar todos los vehículos a un taller,  puedes mirar por tu cuenta varios puntos que no es complicado revisar.

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Comprueba de que se hayan realizado las revisiones y cambios pertinentes

Recuerda que vas a comprar un coche y que aunque este sea de segunda mano implica una cantidad de dinero importante. No te de vergüenza pedir que se te deje comprobar que el aceite tiene el color adecuado y que el líquido de frenos no está demasiado oscuro. Pide los recibos que demuestren cuándo se han hecho los últimos cambios.

Comprueba el estado de los neumáticos ya que es algo que tienes que valorar. Unas gomas gastadas no pasaran la ITV y pueden suponer un dinero extra que tienes que añadir al valor del coche.

Sitúate sobre cada una de las ruedas y pon tu peso para bajar la amortiguación. Cuándo sientas que ha llegado a su máximo deja que suba. Si hay rebotes puede indicar que los amortiguadores necesitan un cambio. Otro gasto extra a valorar.

Y prueba el coche antes de pagar por el

Pídele al propietario que encienda el coche mientras observas desde el exterior. Si hace algún ruido raro desconfía. Pero sobre todo observa el tubo de escape. Un humo de un color azul quiere decir que se está consumiendo aceite y que estamos ante un motor muy viejo y en mal estado. Si es blanco es una señal de que no pasa suficiente cantidad de gasolina o gasoleo a la mezcla de la combustión y si es negro entonces es que hay demasiado combustible.

Ponte al volante y asegúrate de que la dirección asistida va bien a ambos lados y que si se suelta el volante cuándo se va en línea recta a una velocidad entre sesenta y noventa kilómetros por hora el vehículo no se va para los lados. Asegúrate de que frena correctamente, sobre todo examina los ABS frenando bruscamente a poca velocidad por un camino inestable. El pedal debe de vibrar como prueba de que el ABS está activo.

Una vez que hayas descartado algunos coches y solo haya uno que te parezca que puede cumplir las condiciones de calidad y precio exigidas, no está de más que lo revise un mecánico de plena confianza antes de adquirirlo.

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