No está de más revisar, de cuando en cuando, qué sabemos sobre la Inspección Técnica de Vehículos. Por eso, en este y en el próximo artículo echaremos un vistazo a las generalidades que hemos ido viendo en los últimos meses.
Para empezar, definiremos qué es la ITV, y lo haremos utilizando las palabras que usa la enciclopedia virtual Wikipedia: “La Inspección Técnica de Vehículos, en adelante ITV, es un tipo de mantenimiento legal preventivo en que un vehículo es inspeccionado periódicamente por un ente certificador, el cual verifica el cumplimiento de las normas de seguridad y emisiones contaminantes que le sean aplicables.”
Por una vez, y sin que sirva de precedente, daremos la definición de Wikipedia por completa y válida.
El certificado y las pegatinas
Aunque no es el caso de España sí lo es en muchos países, en los que es preciso que el vehículo pase la ITV para poder matricularlo. También se pasa la inspección cuando hay que renovar la licencia o patente.
La aprobación del examen se demuestra a través de un certificado que emite la entidad inspectora y, en determinados casos, se añade una pegatina al parabrisas, en la placa de patente o en cualquier otro lugar en el que sea visible, de modo que las autoridades no tengan problema en encontrarlo.
Cada cuánto se pasa la ITV
Es la ley de cada país la que establece con qué periodicidad mínima hade pasar cada vehículo la ITV, así como qué situaciones fuera de lo habitual obligan a pasar la revisión. De este modo, según sea la categoría del vehículo (furgoneta, camión, turismo, motocicleta, coches de alquiler…) se establece uno u otro periodo mínimo obligatorio para revisar el vehículo.
De esta forma, la ley en España obliga a que los turismos para uso privado pasen la primera revisión cuatro años después de la fecha de matriculación y las siguientes cada dos hasta los diez años, momento en el que comenzará a pasarse anualmente. En cuanto a las furgonetas, los plazos se reducen justo a la mitad.
Si un coche se ha visto involucrado en un accidente, puede obligársele a que pase una ITV, sobre todo si ha sufrido daños algún elemento de seguridad, como frenos, dirección, transmisión, bastidor, suspensión o anclajes. En estos casos es el atestado el que dictamina si debe realizarse o no revisión, retirando, en caso positivo, el permiso de circulación al conductor y mandándolo a Tráfico hasta que repare la avería.
Por último (de momento), conviene recordar que las estaciones españolas son concesiones administrativas y que el precio de la revisión cambia según en qué comunidad autónoma se lleve a cabo.