O.P.A., ex empleado del servicio de ITV de Morales del Vino, en Zamora, no ingresará en prisión. El acusado había incurrido en delitos de estafa y falsedad documental. Los hechos ocurrían de la siguiente forma:
Cuando se acercaba la fecha de pasar la inspección técnica, el acusado se ofrecía a llevar los coches de sus amigos y conocidos al servicio donde éste trabajaba. Les pasaba la revisión, o decía que lo hacía, pues aunque les entregaba el coche con la documentación y la pegatina acreditativa, O.P.A. no pasaba por ventanilla, quedándose él con los 50 euros que costaba la revisión.
Los controles rutinarios de la Guardia Civil de Tráfico detectaron la estafa cuando los afectados presentaban toda la documentación que se les requería, salvo el registro de Tráfico. Al carecer de él, que efectos legales, no habían pasado la ITV, de modo que tenían que volver a pasarla y a abonar los 50 euros. Esto hechos le valieron al estafador la detención en 2007 y el haberse enfrentado a 13 acusaciones de estafa (falta debido a la escasa cantidad de dinero) y una de falsedad en documento público.
Libre de prisión, multa de 270 euros
Con todo, el ex operario no entrará en prisión al aplicársele las atenuantes de confesión del delito y reparación del daño. También por la tardanza en los trámites en los dos procesamientos judiciales y por el hecho de que la fiscalía rebajara su petición de pena debido a ello. Finalmente, por las estafas se le ha impuesto a O.P.A una multa de 270 euros (tres al día durante tres meses).
Antes de que la juez dictara sentencia, ordenó entrar en la sala a los cinco de trece afectados que aún mantenían la acusación: tres de ellos renunciaban a los 50 euros que el acusado les había cobrado indebidamente. Los otros dos no habían acudido a los juzgados, por lo que la juez mantiene la orden de indemnización al no haber renunciado expresamente a ella.
El resto del personal está exonerado
En la investigación judicial sólo han podido acreditarse trece de estos hechos, de los que el joven admitió haber simulado la revisión de su propio coche y de varios más. Según la fiscalía, el hombre tomaba de las instalaciones la tarjeta acreditativa del examen técnico. En ella, estampaba el sello de “informe favorable”. Sin embargo, no entregaba factura ni informe técnico detallado.
Según el escrito de acusación de la fiscalía, los técnicos que firmaban el informe, dándole así validez, ignoraban que el acusado no hubiera realizado las pruebas pertinentes, de modo que quedan exonerados de cualquier duda.