El juzgado de lo penal de Zamora ha sentado en el banquillo a un ex-operario del servicio de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de Morales del Vino para que se determine la pena que deberá cumplir por haber simulado la realización de al menos, treinta pruebas.
Llevaba a cabo las falsas pruebas sobre los vehículos de amigos y conocidos, a quienes entregaba el correspondiente certificado que acreditaba que eran aptos para la circulación, la ficha técnica y el adhesivo que se coloca en el parabrisas. El trámite que no cumplía era de pasar por ventanilla.
El mecánico no cobraba extra alguno a quienes le confiaban su vehículo para el control, pero, presuntamente, se quedaba con el importe de la revisión que le pagaban quienes confiaban en él, cincuenta euros.
Una campaña de control lo descubrió todo
El fraude se descubría cuando, en una campaña de control de ITV en 2007, los agentes interceptaban a varios conductores que, una vez entregada la documentación y comprobada ésta, carecían del preceptivo registro en Tráfico: a efectos legales, los conductores no habían pasado la ITV en tiempo y forma.
Los afectados circulaban con una documentación carente de validez, seguros de que el operario, que se había ofrecido a llevarles el coche personalmente para evitarles la molestia de tener que acudir al taller, había cumplido rectamente con el encargo.
Presunto delito de falsedad documental
Después de que los guardias civiles de Tráfico presentaran las denuncias se abrían las diligencias contra el entonces empleado del taller de Morales del Vino por un presunto delito de falsedad documental: a los clientes a los que se suponía que les hacía el favor de llevarles el vehículo a la inspección les entregaba toda la documentación, salvo la ficha técnica.
Según el diario “La Oppinión de Zamora”, la apariencia legal de la operación impedía que los dueños de los coches sospecharan nada: “Te devolvía el coche con pegatinas y con el sello”, afirma una afectado en declaraciones recogidas por este periódico. La sorpresa llegaba cuando un agente de la Guardia Civil de Tráfico le ordenaba detener el coche en un control rutinario y le anunciaba que no había pasado la ITV.
Las víctimas tuvieron que pasar de nuevo el examen y pagar otra vez los 50 euros, que tendrá que reintegrarles el acusado si es encontrado culpable por el juez. De todos modos, hemos de tener en cuenta que son muchos los talleres que realizan la ITV que se prestan a llevar los vehículos a sus instalaciones sin que por ello se hayan detectado fraudes de ningún tipo por su parte.